Cautelosa cual gato acechando a ratón,
me tomas por sorpresa, aproximando tus labios azules,
susurras a mi oído con gélido aliento palabras de desaliento,
marchitando toda esperanza,
levanto la mirada y observo en tu pálido rostro la indiferencia que solo tú le das a la vida,
pues en ella eres la única promesa segura.
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